No sé si te suena

Por Blas Saavedra

No sé si te suena un tal “Charlie”. Era un tipo que trabajaba como preceptor en un colegio y también como instructor en un gimnasio. No sé si te suena, solía ir todos los días al supermercado, solamente para dar vueltas, siempre terminaba comprando lo mismo: papel higiénico, milanesas de pollo congeladas, dentífrico para el sangrado de encías, preservativos y desodorante. No sé si te suena, andaba vestido siempre con ropa deportiva, creo que una remera térmica, un ciclista, zapatillas reebok y unas pulseras amarillas. Leer más →

El andamio

Por Francisco Mazzoni

¿Te acordás? La vuelta esa que nos agarraron a todos fumando en la casa del “Casquito”. ¿Qué teníamos? ¿Catorce o quince años? Cómo nos corrió la vieja… Era brava esa Viviana. En realidad, era lo más dulce del mundo, pero imaginate… Con seis críos, cuando agarró al mayor fumando faso con sus “amiguitos” en el galpón, más vale que se le iba a saltar la chapa. Leer más →

Sol de luna

Por Gabriel Jara

¿Te acordás de Luna Quintero? La china, como le decíamos en el barrio. Hija de un obrero y una costurera que se vinieron a la ciudad por el hartazgo de laburar tanto y nunca recibir un mango. Era la menor de tres hermanas. Flaca, morena y con una cara llena de lunares que le hacían honor a su nombre. Por las tardes, siempre caía a las guitarreadas en la plaza a fumar una seca y a pedir alguna canción de Spinetta; por las noches, nunca se negaba a una birra o a un vaso de vino. Leer más →

El galpón

Por Aldana Amarilla

Estábamos en la casa de Elías, era menudo y mañoso. Mimado por su mamá, nunca lo dejaba salir. Por eso nos pasábamos toda la tarde en el patio jugando con la pelota. Acordáte que fue la mamá la que nos sacó a patadas de ahí. La vieja era conocida en todo el barrio porque se la pasaba peleando con los chinos del súper que le querían dar caramelos de vuelto. Y todo fue por culpa del “Ganso”. El “Ganso” no se llamaba así. Pero con su cuello largo y cuerpo robusto era igual a uno. Leer más →