Queridos Reyes Magos

Por Lucía Ramírez

Hay que dejarles el pastito, las zapatillas, el agüita y la mar en coche. Así empezaba siempre la charla el día anterior a la víspera de reyes. No soy hija única. Peor. La mayor de mis hermanos y por ende toda la gestión de preparativos para la noche de reyes siempre me tocó a mí.

No recuerdo bien si les dejábamos cartita con el pedido explícito o no. Lo que sí sé, es que, cada mañana, de cada año de los que los esperé y creí en ellos, nunca llegaron. El motivo siempre el mismo… que eran tantos niños que quizás no alcanzaban a pasar por casa. A pesar de la excusa adulta yo siempre supe, que no era ese el motivo.

Quizás no venían porque mi casa estaba alejada del centro… o tal vez los reyes son tan tops que no les gustaba mucho la idea del camino de tierra, adornado con cascadas de tamariscos… o simplemente no les gustaba la idea de saltar cercos de púas para recién allá en el fondo encontrar la casa.

En fin, nunca vinieron y los esperé hasta que crecí y descubrí porque no venían. ¡Claro! eran un invento.

Ahora ya estoy grande y no voy a pedir la bicicleta que pedí durante siete años seguidos. Tampoco voy a hacer la lista de todo lo que querría para mí… pues son tantas cosas que no quiero zafarme.

Asique basta de cháchara. Vamos a lo real. Como hace tiempo que no les escribo y no recuerdo bien cuánto se puede pedir, en esta carta que los tiene como destinatarios, me voy a inclinar solo por uno.

Queridos reyes deseo pedirles que ayuden al mundo a tomar “conciencia ambiental”. No pretendo que de la noche a la mañana seamos todos ecologistas y nos internemos en la selva a defender los bosques, tampoco que nos volvamos pacifistas, o defensores de la fauna, ni que dejemos nuestros autos para usar unas bicicletas. Pero sí, que hagamos un meaculpa y no culpemos al cambio climático cuando una montaña se enoja y arroja piedras incandescentes y lava desde su interior, o cuando la tierra tiembla y se agrieta como rugiendo, o cuando lluvias torrenciales hacen desbordar ríos e inundar ciudades. El cambio climático es la respuesta de la naturaleza cuando se le trata mal. Solo deseo que en este año los queridos y eternos Reyes Magos nos ayuden a comenzar a cuidar nuestro planeta.

Ojala puedan con esto…

Sin más. Saludos cordiales.

Pd: No les dejé el pastito ni agua porque ya comencé con lo del cuidado del medio ambiente y los recursos. Sepan entender.

Lucía

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