Esperando el tren

Por Rafael Garrido

“La mañana me encuentra caminando en la nada,
Vías muertas de un expreso que quedó en el pasado”

Luis Alberto Spinetta

Lautaro se había despertado exaltado. Por fin, había llegado el día de la entrevista con Don Cacho. Por fin, iba a conseguir el laburo que tanto quería. Por fin, su vieja iba a estar orgullosa de él.

Tomaba el desayuno mientras escuchaba un tributo que le hacían en la radio a su ídolo, Luis Alberto Spinetta. Nada en el mundo, ni siquiera la reciente muerte de su artista favorito, iba a sacarle la sonrisa de su cara ese miércoles por la mañana. Se despidió de su vieja con un beso al pasar. Ya iban a ser las ocho y se le hacía tarde para su entrevista en Recoleta. Cuando tomó la calle Lorca escuchó a lo lejos la inconfundible bocina del tren chapa 16 que anunciaba su partida de la estación de Caballito.

Corrió las dos cuadras que lo separaban de su destino, pero su esfuerzo fue en vano. Sus hombros se encogieron al ver cómo la posibilidad de enorgullecer a su madre por primera vez se iba por las vías del tren. Luego de un profundo suspiro volvió sobre sus pasos en los maderos del andén. Antes de llegar a su casa paró en la vereda del Expreso de Caballito, el club de sus amores. La angustia le prohibía regresar. Su teléfono sonó y sonó y volvió a sonar. Era su madre. Lo ignoró.

Tomó coraje y pegó la vuelta. Entró por la puerta trasera, esa que quedaba pegada a su habitación. La frustración pesaba en sus pies. Caminó hacia el living y vio a su vieja llorando frente al televisor. Se acercó, y al preguntarle qué había sucedido ella lo abrazó sin más.

Estamos en vivo desde la estación de Once, aparentemente el tren chocó contra los paragolpes del andén número dos luego de quedarse sin frenos. Hay al menos tres muertos y más de doscientos cincuenta heridos. Esperamos más información.

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