Por Aldana Sandoval
Es jueves, 9 de noviembre para los que se aferran al calendario. Ya se siente cómo los primeros calores no quieren irse hasta que está muy avanzada la noche. En la Sala dos de la Casa de la Cultura se presenta Ernesto Pugni. Son 30 años de experiencia en la percusión, de búsqueda personal, de compartir con muchos colegas… amigos.
Los músicos de “Único” en la previa (de izq a der): Jesús Fernández (bajista), Luciano Fuhr Muruat (percusión), Luis Andrade (Canta autor), Luis Cide (guitarrista), Camila Pugni Reta (percusión), Ernesto Pugni (batería y percusión) y Andrés Fuhr (guitarrista).
A las 21:15, la Sala dos ya estaba poblada de gente que se disponía a vivir la síntesis de toda una vida con la música. Y es la única oportunidad. Es hoy y no habrá otra. Un “Único show” para un “Único” disco. Mucha música desperdiga por distintos formatos requirió meses de trabajo para que naciera “Único”, la obra que recopila algunos de los temas que ha interpretado Ernesto Pugni. “El disco tiene canciones de compilación de años atrás con distintos músicos “, comenta el percusionista. Mientras que al hablar de la presentación dice: “el grueso del programa lo hicimos por simpatía, por resonancia con esa música. No tocamos prácticamente música del disco, sino temas similares y otros totalmente innovadores para el repertorio que veníamos tocando”. Y la selección de canciones para la noche de 9 de noviembre de 2017 fue difícil: “Empezamos hace tres meses la lista y la concretamos no hace más de 20 días. Todos los temas cuesta dejarlos afuera. Podríamos empezar a tocar ahora y creo que hasta la una y media, dos de la mañana podríamos estar tocando”.
Hay un aire especial que se siente en el ambiente. Este concierto además de ser la cumbre de un arduo trabajo, está complementado por lo emocional. Reúne amigos y familia. Camila Pugni Reta, hija de Ernesto, se sumó hace dos meses al proyecto con la percusión. “La única expectativa es disfrutar, que conectemos entre todos y que mi papá disfrute, para eso estamos acá” expresó Camila. Otro de los convocados a la presentación es Luciano Fuhr Muruat, hijo de Andrés Fuhr, que tocará por primera vez junto a su padre en un escenario: “he tocado dos o tres veces con mi papá y por un momento te olvidas de la red emocional pero sigue presente de una forma muy minuciosa, eso es muy lindo”. Un colega que también estará presente será Luis Cide, músico de la Fundación Cultural Patagonia: “Para mí es un grato placer reencontrarme con amigos que hace mucho que estuvimos tocando juntos, como Ernesto, Andrés. Y también participar con Luis Andrade y con la nueva generación: Camila y Luciano”.
Muchas sensaciones se palpan en la previa. Nerviosismo, ansiedad, felicidad, ganas de tocar. Un asiento espera en la segunda fila. La sala ya está en penumbras. Unas luces azules comienzan lentamente a realzar los instrumentos que esperan la llegada de los músicos. Uno. Dos. Tres sonidos. Sonidos que traen imágenes tropicales. Un viaje hasta la amazonía, o a la arena de Sao Paulo. Ernesto, Camila y Luciano entran al escenario y todo es percusión. Hasta que finalmente se suman Andrés y Jesús para darle los primeros acordes de guitarra y bajo. Con la apertura finalizada, comienza a sonar Naima de John Coltrane, no hay piano, no hay saxo. Es otra versión más fuerte, pero mantiene su implacable nostalgia y sensualidad. Como un amante abandonado.
Arriba (de izq a der): 1. Los percusionistas: Luciano Fuhr Muruat, Ernesto Pugni y Camila Pugni Reta. 2. El bajista Jesús Fernández. 3. EL público en la sala dos de la Casa de la Cultura. Abajo (de izq a der): 4. Pugni y Fuhr en escena. 5. Los Pickles sobre el escenario. 6. Pugni y Fuhr.
Ahora sólo han quedado en escena Ernesto, Andrés y Jesús, o mejor dicho, los “Pickles”. Es hora de escuchar las versiones de las canciones de The Beatles: Eleanor Rigby y Lady Madonna. Este último tema es el único representante del disco de Pugni. Pero tampoco Lady Madonna es una fiel versión de “Único”. Acá también se vislumbra el concepto de único, irrepetible.
Pugni invita a sumarse a Luis Andrade. Y con él ingresa la palabra al escenario. El canta-autor toma la guitarra criolla, vine a sumarle el canto suave que replica en alma. Baladas de tenues notas, se abocan a tocar “Visitas” y “Casa de Piedra” del disco Lulú de su autoría. Y entonces, “puede ser tu cuna” resuena como eco del momento íntimo del concierto. Pero, es hora de despedirse de Andrade. Llega “Sopla”, y el rock le da fuerza al cierre de Luis bajo destellos blancos y verdes.
(De izq a der): 1. Luis Andrade, canta – autor invitado. 2. (Arriba) Los músicos interpretan “Visitas” de Luis Andrade. 3. (Abajo) La banda despide a Luis Andrade tocando “Sopla”.
Viene otra invitación. Esta vez se abre paso Luis Cide. Toma una de las clásicas guitarras eléctricas del Jazz. Con Cide también vuelven a escena Luciano Fuhr Muruat y Camila Pugni Reta para ser parte de la percusión. El hijo de Andrés se encarga de la timba, mientras que la hija de Ernesto se reencuentra con el djembe. Le dan rienda a “Bailarina”, una composición de Luis Cide, y todo suena a Jazz clásico con algunas impresiones de la samba. Un solo de guitarra impecable de Luis Cide anima al público que se deshace las palmas en aplausos. Ernesto Pugni también tiene su momento al mando de la batería, y los espectadores están en el punto máximo de euforia. En este clima se comienza la despedida de Luis Cide. Una canción más con el integrante de la Fundación Cultural Patagonia. “Partido Alto” compuesta por José Roberto Bertrami e interpretada por el trio paulista Azymuth es la elegida. En la versión del show hay más sonidos que en la original, es una experiencia colectiva. Pugni se aleja de la batería, toma una pandereta y luego un tambor para tocarlo de espaldas al público. De nuevo estamos en Sao Paulo, y desde aquí despedimos a Luis Cide.
1. (Izq) Luis Cide, integrante de la Fundación Cultural Patagonia. (Der, de arriba abajo): 2. Los músicos interpretan “Bailarina” de Luis Cide. 3. La percusión toma relevancia en “Partido Alto” de José Roberto Bertrami. 4. Luis Cide se despide acompañando la interpretación de “Partido Alto”.
Mejor manera de finalizar no hay. Dos temas de The Beatles. “Dig a Pony” y “Hey! You’ve got to ride your love away, suenan los Pickles. Pero con el condimento especial de la nueva generación que se ha quedado para el final. Intercambio entre los percusionistas, Camila y Luciano se desafían. Suena el Djembe, y ahora la timba, y volvemos al principio. Se acerca el final. Los hijos con shakers y Ernesto con el birimbao toman el centro del escenario.
Abrazos. Agradecimientos. Todos los músicos en escena para la despedida final. Emoción por ver finalizado el trabajo de muchos meses. Por ver sintetizado la experiencia musical de tantos años. Por ver a los hijos y a los amigos compartir esa pasión. Después de tantos instrumentos y sonidos distintos fusionados en las melodías, sólo queda fortalecer el recuerdo en la memoria, porque el show fue único e irrepetible.
