Un siglo de historia

Por Rafael Garrido

Los deteriorados marcos de las ventanas, sus vidrios casi inexistentes, el enmohecido revoque producto del paso del tiempo y el antiguo tanque de agua que la acompaña a un lado, forman parte de esta firme estructura de estilo europeo. En esta histórica residencia se ven reflejados más de cien años de antigüedad. Arquitectos, constructores y materiales fueron traídos desde el viejo continente y desde la ciudad de Buenos Aires, para realizar su construcción durante la primera década del siglo XX.

Esta casa perteneció al fundador de la ciudad de Plottier, el Dr. Alberto Plottier. El médico, nacido en Uruguay, fue quien comenzó su laboriosa construcción en el año 1912. Esta fue montada sobre el primer campamento base que se asentó, y lo que hoy es el ejido del municipio. El parque que la rodea es realmente de ensueño, cuenta con diversos tipos de coníferas y árboles gigantescos que fueron plantados a principios del siglo pasado. Frente a ella se encuentra la encantadora “Laguna Larga”, que con el paso del tiempo se descubrió que era un brazo del Río Limay. En la actualidad su nombre cambió a “Laguna Elena”, en honor a su hija.

Esta construcción, ubicada en el costado sur de la ciudad, fue la primera casa de Plottier. Lo que hoy en día es una localidad que se extiende desde la costa del Río Limay hasta el pie de la barda neuquina. La ciudad de Plottier se encuentra a 15 km de distancia de la capital provincial, lo que la convierte en una ciudad pujante. Gran cantidad de su población elige vivir aquí debido a dos razones: una se debe a la cercanía que ofrece con la capital provincial; y el otro motivo es debido a la tranquilidad que la ciudad brinda. Cabe destacar que junto a la mencionada casa se encuentra la lujosa mansión, para ese entonces, que el Dr. Plottier construyó años después y donde vivió la mayor parte de su vida junto a sus hijos.

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