El tripa ¿no te acordás?

Por Rafael Garrido

¿Cómo no te vas a acordar del “tripa”? El flaquito ese que iba con nosotros a la primaria, el hijo de la Nely, el negrito que siempre en el pan y queso era el último en ser elegido. Era tan malo que a veces ni lo elegíamos, pobre, no podía ser más perro porque no le daba el tiempo.

¿Cómo no te vas a acordar? En primer grado actuaste de carabinero con él en el acto de 25 de mayo. El disfraz que tenía era malísimo, parecía que lo había sacado de la basura. Me acuerdo que siempre lo jodíamos porque andaba con esa ropa trucha que compraba en los bolitas. No entiendo cómo podía usar eso, era horrible. Daba vergüenza usando esas zapatillas berretas de dos líneas nomás.

¿Te acordás que en el pernocte de cuarto grado vomitó a la seño? Supuestamente le había caído algo mal, pura mentira, si nunca comía nada. Te tenés que acordar, lo jodimos por el resto del año, fue un cago de risa. Después de eso fue que le empezamos a decir el “tripa”. Le quedó para toda la vida.

Viste que la madre estaba re loca, siempre andaba con un chango por el barrio. Nuestros viejos siempre nos decían que teníamos prohibido hablar con ella. Esa vieja sí que daba miedo. Cada dos por tres el “tripa”caía con moretones a la escuela, las vecinas decían que la vieja lo cagaba a palos. Me acuerdo que nunca aparecía para las entregas de boletines, bah, qué iba a querer aparecer si el hijo le había salido igual de tontito que ella.

No lo ví nunca más después de que terminamos la primaria, me parece que se escapó de la casa y se fue a vivir al norte, a lo de la abuela o algo así. De todas formas, era lo mejor que le podía pasar.

El “tripa”, boludo, seguro te acordás.

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