Por el periscopio

Por Camila Guzmán

La dama estaba refugiada en la comodidad de su sillón. La tele se encargaba de explicarle cómo era el mundo. En la pantalla aparecían los elefantes desfilantes y de fondo el circo estaba prendido fuego: “Télam se defiende”. Pero la dama no lo soportaba, entonces hacía zapping. A la dama no le gustaban las noticias tristes y siempre que podía las evitaba. Leer más →

Esperando el tren

Por Rafael Garrido

“La mañana me encuentra caminando en la nada,
Vías muertas de un expreso que quedó en el pasado”

Luis Alberto Spinetta

Lautaro se había despertado exaltado. Por fin, había llegado el día de la entrevista con Don Cacho. Por fin, iba a conseguir el laburo que tanto quería. Por fin, su vieja iba a estar orgullosa de él. Leer más →

Excepto uno

Por Gabriel Jara

Enciende los candiles
que los brujos piensan en volver
a nublarnos el camino.

Charly García

Se olvidaron de no olvidar.

En el frío agosto, el país recordaba su pasado más oscuro. En el frío agosto, Chubut se hacía eco del grito de los silenciados. En el frío agosto, la seguridad baleaba y los medios callaban. En el frío agosto, Santiago -el brujo- salió a bancar. Leer más →

La doma

Una muchacha monta un corcel imaginario y desea

que el sufrimiento pare y la equidad avance,

que el amor triunfe y el odio acabe,

que la muerte pierda y las pibas ganen.

Sobre una Verde Marea, Jimena jinetea

junto a sus hermanas que son muchas

y que el pueblo, al verlas juntas,

al fin escuche.

Esta batalla arrea al patriarcado

que necesita ser domado.

Que no haya más violencia anhela, y

que ninguna piba más aparezca muerta.

Sabe que no está sola y por eso pelea

para que la justicia al fin un día, venza.

Por las que ya no están y por las que no volverán

ya dijimos basta, ni una muerta más.

Sueña con un mundo más justo

donde ser mujer no dé miedo y sí gusto,

donde ser libre pueda, a la hora que ella quiera.

Y que el feminismo dome al patriarcado, aunque ella sabe,

que más que domado, necesita ser exterminado.

Jimena Haro

Yazmín

Yazmín yace en su dulce sonrisa

pero también en sus amargas cicatrices

yace en sus soleados ojos

pero también en sus miradas grises.

 

Yazmín yace en su presente melódico

aunque también en su arrítmico pasado.

Yace en su incesante charloteo,

como en lo que siempre ha callado.

 

Yazmín no yace solo en la clara luz

o solo en la lóbrega oscuridad

Yazmín yace en la iridiscencia

de su efímera singularidad

Yazmín Moreno